Wellington Rigortmortiz

* Poemas Muertos

 

En el interior de una fría

y oscura habitación,

una tímida mezquina esquirla

de luz lunar, me permite ver

mi aliento aun calido flotar

ingenuamente por la piel ártica

de este viento con olor a morgue,

con sabor a muerte, es el espíritu,

que desesperadamente

trata de escapar

del interior maldito de mi ser,

…los recuerdos,

en esquizofrénico dolor, lentamente

van abriendo con crueldad,

la gran herida cicatrizada del alma,

sangre y pus brotan bestialmente

calcinándome los pies.

 

Abierto ante mi,

el libro de la vida, me rebela

viscerales versos, alegrías

que las mentiras causan y verdades

que tardías llegan asesinando

todas las fantasías que viví,

que sentí, que me otorgaron; tu!,

el eslabón perdido, la piedra filosofal,

el quinto elemento, el complemento,

el equilibrio, tu!,

la reina de las fábulas crueles,

la diosa furtiva, la criatura mítica

que asesina, que roba y miente,

tomas la forma

de todo cuanto bueno me rodea,

de esa fuerza vital que no posees,

te alimentas.

 

En el interior de este sepulcro del amor,

la vida no tiene sentido alguno, el temor

su verdadera esencia me demuestra,

en la espalda de la oscuridad,

violentamente, mi triste inspiración

tatúa códigos de amor y odio al vacío,

como tratando de complacer aun

todos tus absurdos caprichos

sobre toda la cruel indiferencia

que mantienes viva en mordaz silencio;

…una tímida mezquina esquirla

de luz lunar, me permite ver

mi aliento aun calido flotar

ingenuamente por la piel ártica

de este viento con olor a morgue,

con sabor a muerte, es mi alma,

que declama dolorosamente

los poéticos versos

de un antiguo salmo escrito por mi ser

en el pasado; clamando misericordia

desde el reino del olvido,

entre mis brazos sostengo

el pesado libro de vida

lleno de poemas muertos, inútil

resulta leer estos estériles conjuros ya,

en el anfiteatro del dolor, nadie me escucha,

nadie me observa, tu!, ángel

y demonio a la ves, con mi libertad hurtada,

vuelas cada ves mas alto

alimentándote de todo cuanto bueno

existe en la vida, cubriendo al firmamento

con un manto de ilusiones, de mentiras

y utopías.

 

En el interior de una fría

y oscura habitación,

una tímida mezquina esquirla

de luz lunar, me permite observar

mi libro de vida, abierto, revelándome

solo sus cadáveres cubiertos uno tras otro

con cariño, poemas muertos

que el dolor me obligan

a querer traerlos a la vida nuevamente

en absurdos recuerdos al leerlos;

en el interior de este sepulcro del amor,

la vida no tiene sentido alguno, el temor,

su verdadera esencia me demuestra,

solo el llanto es capaz de lavar mi alma

de todo este profundo tormento, rencor

y pasiones que envenenan mi alma,

mientras tu, con mi libertad hurtada,

vuelas cada ves mas alto

alimentándote de todo cuanto bueno

existe en la vida, cubriendo al firmamento

con un manto de ilusiones, de mentiras

de utopías.