Por ser tu corazón tierno y sereno
lo incorporo en mi cuerpo y la consumo,
y tu aliento fogoso me lo fumo
aunque sé que fumar no es nada bueno.
En ti, dulce mujer, hay un veneno
que carcome mi sangre en grado sumo,
por lo tanto en un verso yo resumo:
te consumo, te fumo y me enveneno.
Pero voy a la zaga de tu rastro
y cual sierpe a tu huella yo me arrastro
sin hallar anticuerpo ya prescrito,
es por eso que dulcemente muero
absorbido en el vicio de tu fuero,
soy adicto a tu amor, te necesito.