Ariello

Adicción

Por ser tu corazón tierno y sereno

lo incorporo en mi cuerpo y la consumo,

y tu aliento fogoso me lo fumo

aunque sé que fumar no es nada bueno.

 

En ti, dulce mujer, hay un veneno

que carcome mi sangre en grado sumo,

por lo tanto en un verso yo resumo:

te consumo, te fumo y me enveneno.

 

Pero voy a la zaga de tu rastro

y cual sierpe  a tu huella yo me arrastro

sin hallar anticuerpo ya prescrito,

 

es por eso que dulcemente muero

absorbido en el vicio de tu fuero,

soy adicto a tu amor, te necesito.