No hay palabra que cambien la tristeza
cuando se instala y no te deja en paz.
Pero hay recuerdos, sensaciones, y certezas
que pueden ayudarte a despertar.
Si dejas que tu alma se marchite
escondida entre los pliegues del dolor
será muy pronto la melancolía,
quien ahogue en su veneno al corazón.
Despierta y se feliz por lo que diste,
por lo que hiciste por aquellos que no están.
Despierta y se feliz por lo que amaste
y por los tiempos en que te dejaste amar.
No importa cuántas dudas te aparezcan
mil y una certezas siempre habrá.
Despierta en el color de la mañana,
en la vista de la frágil mariposa,
despierta entre las letras de una prosa
que juega a ser poesía y no le da.
Disfruta la belleza de tu alma
la hermosa candidez de tu soñar,
y deja que la vida, que es tan sabia,
te enseñe a su manera a ser feliz.