En silencio los astros les contemplan,
en un paso marcado por el tiempo;
tiempo terrible que ha borrado,
de sus ojos dolor y sentimientos.
La palabra se torna melodía
que el viento arrastra bajo el inmenso cielo
el verbo se ha enterrado bajo el suelo,
en un sueño de ser fértil semilla.
Sonríen las estrellas, apacibles,
indiferentes en su enorme espacio,
pasó el momento y con él los pasos
que llevaban amor hasta su puerta.
En la ardiente mañana el sol despierta
desplazando las sombras de la noche
y la luna con su traje de plata,
se marcha lento, sin dejar reproches.
Breve instante de luz en que se cruzan
en soberbia y magnifica agonía,
él va de largo sin pronunciar palabra,
ella oculta su mirada sombría.
Día a día el encuentro y la partida,
los amantes que acuden a su cita
con el alma plagada de deseos.
en los labios la sed que los marchita.
El corazón oculta una esperanza
que el olvido arrastra a la condena,
la eternidad cruzando las miradas
el alma es tierra árida, desierta.