Miró las brasas del atardecer
Caricias se desparraman entre los árboles
Cómo La serenata del silencio y los suspiros
El horizonte ya desprende la profunda noche
Es la curvatura creciente del vientre por nacer
Extendiéndose, creciendo
Y con la última chispa de sus entrañas enciende la luna
Las luciérnagas de fuego bailan
Entre los gritos de la madera
Y el viento trae los sonidos como recuerdos viajantes
Madura la noche entre sombras ondulantes
Cómo un sol gastado que quiere dormir
Y extiende su última lengua antes de ser ceniza
Apoyo mi cara en la tierra
Y te observo hijo del pedernal y la yesca
te he visto cabalgando, casas, bosques y ciudades
te he visto subir con negras nubes y llorar tus pecados
me pregunto si sabias lo que hacías
ya que fue tu calor el que separó el animal de nuestra carne
y seguro sera tu abrazo el que nos separe de este mundo