Al deshojar del almanaque
Los últimos resabios del año que se ha ido
Quiero saludar a mis amigos vates
A quienes por sus logros los admiro
Logros que quizás no se traducen en laureles.
Ellos ven en todo, bellas esencias
Que nos llegan al oído en dulces mieles
El profano no ve como el vate las presencias.
Cuando el cielo está oscuro y nublado
Para el poeta, el firmamento está entristecido
El ve bailarinas sutiles en las olas azuladas
Si el mar está por demás embravecido
Cuando el amor termina en llanto
Escriben y describen las bellezas
De tener que vivir nuevos encantos
Sin importar los dolores y tristezas
El poeta vive en un mundo de ensueños
Sin considerarlo bueno o malo de la vida
Porque vive lo que vive como un sueño
Si todo lo ve encantador y bello
¿Para qué vivirla entristecida?
Que el año que se avecina
Les sea pródigo para vencer a la rutina.