Diafana

La Cita...

Recibí tu mensaje, mientras salía del trabajo

Como antes, como siempre, estabas de visita

y en recuerdo de los tiempos idos, por lo bajo

para recordar lo nuestro, me pediste una cita

 

¿Y cómo decir que no?… si fuiste tanto en mi

con el corazón dando vuelcos, te dije que sí…

me alisé el vestido, para sentirme más bonita

y peinándome por el camino, acudí a la cita

 

Ahí estabas tú… con esa tu forma de sonreír

al pie del monumento de nuestro primer beso

bello como el ángel de nuestro primer encuentro

cuando trajiste la alegría y te llevaste el sufrir…

 

la cena me demostró que seguías tan apuesto…

tan hombre, tan seguro, tan alegre y dispuesto

que seguramente eres la alegría de otra vida

mientras en la mía, se asoma la tristeza concebida

 

Caminamos por las calles, sonriendo como antaño

como si en nuestras vidas, el tiempo no pasara

sorprendiéndome con detalles, aún luego de años

tomando mi mano y comprando la flor más cara

 

Pero la sorpresa mayor me la das al llegar a casa

cuando sacas la llave y me la muestras seguro…

la conservaste en desprecio del tiempo que pasa

seguramente seguro, de un encuentro futuro…

 

Yo te abrazo y sonriendo acerco mi boca a tu oído

y despacito te digo: ¡Gracias por tan hermosa cita!

Yo: ¿Me compartirías con otro?.. Tú… ¡Ni loco!

Y yo, con calma tomo la llave y digo: Yo tampoco

 

Pero ha sido una noche redonda y te agradezco

porque ahora, si algo temía en las madrugadas

ya no lo hago, pues tengo de la llave el repuesto

y ahora, como puedes ver… tú ya no tienes nada...