S ufría aquel su cuerpo delgadeza,
U nido a su locura desatada,
T enia un sólo objetivo era su amada,
R adiante Dulcinea y su belleza.
I ntrepido, aguerrido y con firmeza,
S urgía con su furia, no calmada,
T ajante en su actitud, que era cegada,
E n tanto era locura de fiereza.
F orjaba sus batallas con molinos,
I maginando recios y gigantes,
G olpeaba con ira a los ladinos.
U fano por vencer a los tunantes,
R eía y batallaba a los mezquinos,
A y... Qué gloriosos fueron sus instantes.
©Roberto Santamaría
MCN: C30ZY-XHKN2-NGCFT
© copyright 2015-03-26 19:05:19 -
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