Fue…
por qué siempre nos enseñaron una mentira.
-como cuando se recuerda la niñez-
al contemplar el horizonte y sentir ,
el vendaval de aire cálido o abrasador en el invierno:
– que siempre es verano en el mediterráneo-
Hundido,
entre el mar y el campo,
está el cielo de poniente,
mostrando su furia y su dolor,
que atraviesa el corazón.
Veo tu puñal y tus mentiras,
por donde pasa tu civilización.
Quizás….
por qué nací un julio de poniente,
cargue con este pesar de tus castigados rojos,
que anuncian albas con el calor del llanto.
Los caminos iluminados por hogueras,
las milenarias caravanas de miseria,
que emigran a uno y otro lado.
Por mucho que cambie el mundo.
aquí,
siempre estará el poniente.
En esta tierra de luz y de sol,
que cubre con cal a sus muertos,
por los que callan y no lloran.
celebrándolo con maldad en los balcones.
Por que soy del mediterráneo acepto,
el dolor con una careta de alegre vividor,
de soñador… a fuerza de volverme loco.
Angelillo de Uixó.