Espejo// tus raíces negras me susurran// son reflejadas en mi soy yo el espejo que no se ve a sí mismo y que sólo es, la repetición infinita del mirar de mi cuerpo// el mirar y mirar sin poder sacar la mano hacía afuera// Tengo estas ánimas en las muñecas//
Sin embargo, esmesurada y sedienta de tanto existencialismo barato y de poetas fúnebres, de huecos en los nombres de los fallecidos que te han visto pasear por estas orillas.
Al alba que te ha hecho luz bendita, milagro de belén,
Cuando recitas los huesos se me estiran como las flores,
Saberme vivo porque me das el otro vestido del espanto,
El primo lejano de la melancolía que me visita sin aviso.
En tus ojos, como el claro valle del orinoco, demuestras tu humanidad sentenciando la vida y su avance,
Has de tomar tú máscara esta noche y darle con el cincel, has de levantarte porque así te provoca, o simplemente recitar a solas, has de enamorarte todos los días de algo que no sea humano, has de arder como el horno antiguo, has de volverte loca buscando el significado de mujer y hombre, has de encontrar en la poesía tu camino... pero sólo si querés podeís intentar ser así.
Discúlpame lo retórico, lo de ensueño, la botella flotando a la deriva, y tú dentro. Mirando la calma del óceano, esperando que un pájarito te devuelva la inocencia cómo cada cuarto de día... lo escucha sílbando y te dan ganas de ser él y tú ya no ser tú. El Milagro que debes pagar ya lo ardes y lo recitas.
Voltead la botella y estarás de nuevo en el hogar, en los calientes brazos de tus queridos y oscuros serea, en mi poesía que no es de academia sino de tierra.. éntendelo, la creación eres tú druída incomprendida, india brava,
Calor de alma que sostiene,
Que me ayuda a sostenerte la palabra hasta que te den ánimos de tenerla en tus manos ligeras.
Aleteo.