Flotaba muy tranquilo
En mi cielo sin diamantes
Cuando sentí el tirón gravitatorio
La aceleración brutal
Que hizo girar rotundamente mi cabeza
Me tiró fuerte y sin piedad del pecho
Y me hizo sentir
Maripositas en el estómago
Las fuerzas de marea
Me situaron sin veto de mi parte
En esta extraña órbita sincrónica
Anclado por mi lado más romántico
Forzado a la contemplación inexorable
De una estrella masiva luminosa
Que no puedo dejar de mirar
Que me fascina
Me ocupa
Me hipnotiza
Me embruja
Debería haber notado
En cuanto se alinearon los planetas
Que ese cuerpo celeste o celestial
Ese vestido rojo
Esa voz esos labios esos ojos
Harían inevitable
Este curso de colisión indesertable