En la alquimia de mi furia por vivir las ilusiones brotan de mi piel con fluida emoción.
El sudor no artificial de mis metales hierve con la intensidad de una estampida.
En este río de confusiones nado a contracorriente de las maldiciones que acechan mi paz.
Paz que busco a través del equilibrio de mis mundos mutables aunque el centro de mi universo sea casi insondable
Y mis sueños a veces se vuelvan extrañas premoniciones.
Luz de antiguas aguas, afluente de fervientes llamas.
Enciende la sabia que astutos planetas bebieron en su excitación.
Aúna los polos que en combate supieron construir la acalorada verdad.
Verdad que fue reflejada en mi pecho pero que fue ocultada por los magos.
Veo este caleidoscopio con escurridiza timidez
Mirada curiosa de iris crepuscular;
Visiones sinceras de ternura y solidaridad.
Agudeza reflexiva con sed de cósmicos malabarismos.
Desde la extensa sensibilidad que circula en mí se ramifican las raíces de un arte de profundo conmocionar.
A pesar de todos y de todo; ser el astro que incendia la vida o resurgir en el intento.
Jugarse el cielo por fluir en influir en las corrientes de la vida.
Estar a tu lado sin renunciamientos,
acoger tu corazón con alzamientos.
Creer y crear,
desde las entrañas del sentir,
que juntos somos el torrente insurgente de poesía
que fluye hacia la procreación del alba.