Vuelve pronto a mí, Musa amorosa y encantada
Regresa junto a mí, Musa adorada y soñada.
Llename de tu belleza y de tu romántica prosa
Cubreme con tu dulce luz mi adorada Diosa.
Que la soledad me puede, mi amada yace en el lecho
Que la soledad me mata, solo siento el latir en mi pecho.
Que la tristeza es escarcha en mis dedos
Que solo tengo la angustia de malos recuerdos.
Que la luna brilla en el cielo estrellado
Que en la ciudad por fin el bullicio ha cesado.
Que yo te espero con ansia y anhelo
Que mis poemas son fríos como témpanos de hielo.
A tí, mi Musa Erato.