Hoy te quisiera escribir un soneto
expresando lo mucho que yo te amo
que en lo profundo del sueño te llamo
y de deseos me encuentro repleto.
Más por tu bien debo ser muy discreto
con las palabras que en versos declamo
por más que de ardiente amor yo me inflamo
me eres prohibida en divino decreto.
Pero sin embargo a tus pies me tienes
ya sin ninguna esperanza rendido
aunque bien sepa que no me convienes.
Así y todo permanezco a tí asido
por más que al cruel infierno me condenes
por desear yo tu fruto prohibido.
-. Par