Difícilmente me rindo a esta corrección…
Pero de hombres es.
Si alguna vez la errata es nuestra rima
Recomponer el verso, y la auto estima
Y en el papel cortés,
Aceptar del verso la corrupción…
Yo te acusé de haberme robado…
El corazón que en ciernes,
Dejé olvidado bajo tu almohada
Y no encontré luego, en la madrugada
De aquel venturoso viernes,
Y entonces, lo di por extraviado…
Pero anoche mientras contigo soñaba…
Me encontré con tu aroma,
Entremetido en las letras leídas
Y debe ser casualidad en mi vida
Porque tu espalda asoma
Entre tu cabello que descansa en mi almohada
¿Como podrías entonces ser la ladrona?...
De un corazón,
Que late en mi pecho junto a tu espalda
Coronando de besos en guirnalda
El sentimiento dulzón
Que tu cuello de temblores abona…
No… me temo en verdad soy yo el ladrón…
Y mientras tú, inocente…
Abres los ojos y con ellos me arrebatas
Mañana, lo sé... habrá otra fe de erratas…
Porque ahora, dulcemente,
Vuelvo a darte en un beso... el corazón…