Quiero dormir en tu pecho, mujer,
para recordar de mi madre el sustento
que me diera con amor portento
toda su dicha y todo su querer.
Y ser yo contigo como lo es un niño
que mitiga inocente en su consuelo
el dolor, el llanto e inocente cariño
con tus caricias sobre mi oscuro pelo.
Mujer, ¡cuánto te amo! Ya tu voz
es un río que lleva ensoñadora
la canción de cuna en suave arrullo.
Y ya mi pecho que junto al tuyo
palpita como lo hace ahora
por ser tan sólo tuyo, todo tuyo.