Tus huellas son colores
de flores y sus perfumes,
embeleso, que extraño cada noche
en mis encuentros con la brisa
las veces que hablo con la luna.
Fijo mis pupilas,
sobre el verde follaje de las noches
en las que juntamos nervaduras,
acomodando nuestros parénquimas
rodeados de capullos
reflejados en los besos de tus labios.
Flotan día tras día
en orden sigiloso, dentro de mis penas,
el cambio de las luces
de tu idas y venidas
que ahora, ya ausentes,
son las flores, del cuadro en que te miro.
Copyright © Rodolfo Dondero Rodo
15.12.17