A veces en el trayecto
azaroso de la vida,
hay que perder la partida
para hallar el rumbo cierto.
Lo que creías perfecto,
era una ilusión fingida,
y hay que buscar la salida
por el camino correcto.
Tras la noche más oscura
resurgirá vencedora,
la magia de la ternura,
que en tu alma se atesora;
descubriendo la frescura
de renovadas auroras…