(I)
Y mirarás
al cielo entretenida,
entre noches claras
apenas desnudadas
por la luna...
y un rezo tuyo
aún resonará
impuro y claro,
en la melancólica
llama...
de tu labio frío.
(II)
Subí al Aconcagua
de tu herida...
entre días breves
de impenitente dicha,
mi vida fluye...
de entretenimiento vacuo,
en el otoño
apenas desbocado...
por lo estéril
de su duelo,
pálidas sombras
a veces se entretejen...
en la pradera
desnutrida
del silencio.
(III)
Y jamás sabrás
lo que te quise...
ángel del olvido,
en el descuidado lago
de la duda...
allá donde la risa
se nos desvela tenue,
en el cáliz
apenas desflorado...
por la ausencia
de su beso.