Son gotas de memoria las lágrimas que brotan en este instante.
Tú y yo somos almas en una historia que no se puede borrar.
Muchas veces vendrás a buscarme, pero solo encontrarás un cuarto vacío.
Inestimable, intocable, tu ausencia que me pertenece.
Nos hemos convertido en dos seres indivisibles, somos iguales y frágiles.
Aprendí mucho de ti. Llevo una parte de tu ser, como tú una parte importante de mí.
Hablaré de ti, contaré nuestra historia.
Me enseñaste a amar, a conocer mis límites.
Tocamos juntos el cielo.
Cierro mi ojos y descubro tu cuerpo desnudo, tus ojos claros profundos que me poseen, tus manos que me aferran, tu aliento que me embriaga, nuestros sudores que se mezclan, nuestras lenguas que se acarician.
Entrega total de dos cuerpos resguardados en una habitación desconocida, en una playa lejana o una cascada sabanera.
Vives en un lugar especial, privilegiado de mi corazón amante y ahí cuando me apetece, te puedo encontrar. Corro hacia ti en las horas amargas, en los momentos de soledad, en las noches oscuras y las terroríficas tormentas. Me refugio en tus brazos y me tranquilizas con tu sonora voz inolvidable.
Somos gotas de un pasado que no regresará.
El tiempo nos traicionó y es ahora simplemente somos inalcanzables, el uno para el otro.
Nuestras promesas se rompieron al caer sobre el pavimento de una cruel realidad.
Mil pedazos imposibles de encontrar y menos de restaurar.
Quizás en otra vida nos volvamos a encontrar. Si así sucede, prometo no dejarte ir.
Burlar eso que llamamos destino. Luchar por eso que tenemos la certeza que \"es\", que \"era\", que \"fue\" amor…. simplemente amor.