Era un niño que el rocío
trajo por la madrugada.
Si era invierno o verano
si era otoño o primavera
no importa cual estación,
igual llenó el corazón
de todos los que creemos
en el gran amor de Dios.
Naciste en un establo
ya anunciado en el principio
a quien sería a tu Madre
por el Arcángel Gabriel,
quién trajo la buena nueva
a toda generación
gritando al mundo que eras
para todos redención.
Entre la mula y el buey
y según la tradición
abrigado con el manto
de María la Mayor,
viste la estrella brillar
del occidente hasta el oriente
y desde el norte hasta el sur.
Con José como testigo
cantaron la melodía
algún coro celestial
que entre sus verso decían
ha nacido el Salvador.