Quise creer, lo juro
creer que quise
igual que el resto, los mártires corazones
buscando vergonzosos perdones.
En las mismas letras que escriben someterse
a la fe del engaño
a la sumisión de antaño
yo no me veo ya halladx.
Aquellas letras por un humano escritas
de humano y dios jugándose el rol
pues, para controlar la mente, la religión
promulga que una mente no debe atreverse a cuestionarse
porque es considerado un pecador.
Te escuchas leyendo.
¿Cuán vergonzoso es para ti sobajarte?
siempre la manera de controlarte
ha sido y es, culpabilizarte.
Para cada esclavo un estigma,
para cada ingenuo una religión
para cada religión una contradicción
para cada agnóstico, el enigma.
Si creer te mantiene fuerte
déjame, en ti confiar recomendarte
en ninguna paz libre has de hallarte
si tu concepto de fe es dejar cegarte.
De tu vida eres el único dueño,
el milagro, pues, tu decisión
que no te quite el sueño
tu absuelves tu perdón.
Ningún dios de bondadoso goza el privilegio
si te promete sumisión por el miedo
ningún dios es tan terriblemente en el cielo
que (aquí en la tierra) tu libertad, de la burguesía es sacrilegio.
El \"no creer\" en tu deidad mi horizonte expande
universos infinitos hoy veo aparte
al que, por mucho tiempo, yo dejé guiarme
comprende pues, que de los agnósticos utópicos soy parte.
Quise creer, lo juro
creer que siquiera quise,
pero hoy no quiero.
Y no creo.