Al revoleo de las faldas
alardeando la belleza de
la piernas
Correspondo admirado
con la mirada de sus
tobillos a lo alto de los
muslos.
No se arredra Usted por
lo que descubre en mis
ojos
Mas bien alienta el
desparpajo y la osadía
con el zarandeo que pone
en las caderas
Al sentir mi aliento cercano,
sin titubear se gira, permite a
este admirador llover deseos
por el escote donde asoman
pizpiretas sus lunas