Hay instantes en que reconozco mi instinto,
y vuelo sobre el tiempo, pesadillas de un demente
arropándose en el miedo.
Así los viajes son refugios para medir la sangre,
o días en que se esparce el hastío flotando en parcelas imperfectas del cuerpo.
Luego esa mano apasionada y posesiva hechizándome ;
yo,único hombre que se atrevió
a tocarla y borrarla,
y luego a tu pìe, fuerte y secreto .
Cuando lo líquido de m piel escapa,
el pálido inventario al que acudo a sitios como éste,
me enardece,
porque suena un humo triste entre los dedos,
y fatigosamente grito como repitiendo frases ajenas sin destino ni perduración.
Con los rastros de la última caricia recibida
me concedo la tentación de ser otro.
GuillermoO
Dire.G. del D: de autor
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