Las ratas siguen mordisqueando el casco
ya acabaron con las provisiones,
rompieron los sacos de grano
y comieron hasta reventar,
pero ya no ha sacos que expoliar
y muerden las cuadernas rojas de ira.
Míralas gordas y negras, enseñando lo dientes
con los ojos inyectados en sangre.
El barco de esclavos ha tiempo que rola a la deriva,
la tormenta desarboló los palos
y el timonel apura la última botella
mientras la tripulación y la oficialidad
se ensañan en un guerra suicida.
El agua comienza a filtrarse por la sentina
y el galeón escora peligrosamente a estribor
mientras los esclavos luchan desesperadamente
por librarse de sus cadenas, pero todo es inútil.
Mientras las ratas abandonan el barco,
capitán y tripulación
continúan acuchillándose en el puente
La próxima ola se nos tragará a todos,
pero las ratas, ya estarán a salvo
como siempre y preparando el asalto
de la próxima nave.