Pedro Aros Castro

veinte y dos del doce del dos mil doce


¿Me perdí de algo mientras dormía?,
dime si las abejas aún no se han ido,
dime que nadie apretó el botón,
que tu cintura es cálida todavía.

No se han enfurecido los volcanes
cubriendo-nos de cenizas y lava.
que la tierra es nuestro sustento
sagrado verbo, nos brinda alimento.

El eje en su centro no se disloca,
que aún nos cobija esta gran roca,
el cometa anunciado paso de largo,
esta mañana el amor no es amargo.

El Dios Sol aún es nuestro centro.

Pero dime que algo ha cambiado,
que una energía sutil misteriosa,
entrega amor y es bondadosa,
invade los corazones y mente,
la humanidad actúa inteligente

No digas que nada cambió
que todo fue solo ilusión
erraron los hijos del sol
la profecía no se cumplió.