¿Qué significa esto?
Solo decirte lo que por ti siento.
Relatarte parte de mis internos sentimientos.
Decirte de mis grandes sufrimientos.
Decirte, por ejemplo, que hoy,
mi alma está vacía.
Se siente solitaria.
Me siento... tan inmensamente solo sin ti,
que por momentos siento la necesidad
de dejar de existir.
Tú has sido para mí,
toda mi vida mi fuente,
de tristeza, de amargura, de dolor,
de llanto, de desesperación,
de angustia, de miedos,
de indecisiones, de fracasos.
Tú has sido todos esos sentires.
Fuiste... en tiempos pasados...
Pero hoy, quiero decirte
lo que siento, en este presente.
En el de hoy... olvidando el ayer,
que ya pasó...
Mezclo en mi relato el ayer,
el hoy... el pasado, el presente,
y viceversa...
Así me siento, desdichado y después...
Feliz... tan increíblemente feliz,
que lo siento como si fuese
un hermoso sueño...
Sin despertar, siempre allí,
siendo un sueño... con los
ojos cerrados, durmiendo, y soñando...
Es sentirme en otro mundo...
No en el real...
El real a veces me da pavor,
miedo, de vivirlo...
Por las crueldades que leo,
que veo se perciben en el mundo.
Te estoy haciendo un cóctel
de ideas, de pensamientos,
de vivencias, de sentimientos,
y espero me llegues a comprender...
porque a veces ni yo mismo me lo explico...
No lo comprendo, es como si yo fuese otro,
y lo que me acontece no es a mí,
sino a otro, que no soy yo...
Este es un cóctel de palabras,
que a veces quisiera tomarlas,
ingerirlas, y que me lleven
a una borrachera.
Para que cambie mi estado de ánimo...
Todo lo terrible que pasó
entre nosotros... en el pasado...
el cual lo recuerdo con
mis grandes miedos, por lo que
te pasó, amada... así lo quiso
el destino, o tú...
¿o fue tal vez la voluntad de Dios?
Tu enfermedad, incurable...
Los médicos, desconcertados,
la medicina, que no pudo ayudarte
a sobrevivir...
Y yo, que estuve a tu lado,
acompañándote, y llorando...
por tu cercana muerte...
Hoy, sí me siento con tristezas
y alegrías al mismo tiempo,
porque el que tú ya no estés más,
siento la alegría de no verte más
sufrir como sufrías...
Tú sufrías tu enfermedad,
tus padres, tus hermanos, yo...
recuerdo nuestros dolores,
y también nuestras alegrías...
que fueron tan pocas...
porque en tan corto tiempo,
pasó lo que pasó...
Lo tuyo, tu enfermedad,
no tenía solución.
Solo tenías, teníamos...
que esperar el final...
Pero tú, siempre impaciente,
precipitada, debías lograr
lo que por dentro sentías...
Dolor y desesperación,
porque estabas segura de tu final...
de vida.
Hoy recuerdo todos nuestros
instantes de relación...
en las cuales allí reuníamos nuestros
corazones y cuerpos, y gozábamos
plenamente... sin tener en cuenta
tu drama... sabíamos del tiempo
indeterminado que tu vida tenía...
así, lo mismo, para compensar
esa futura ausencia,
nos entregábamos en cuerpo y alma...
Pero una tarde, cuando fuimos
al consultorio, se nos acercaba la noche,
y en un descuido mío, desapareciste
de mi vista... te habías fugado...
Saliste del consultorio,
porque en ese momento yo
estaba ocupado... había ido al baño...
al salir, tú no estabas allí,
saliste, te escapaste, te fugaste,
fuiste hacia las vías...
esperaste el tren... no para
subir a él, sino para que él te
arrollara... y así sucedió...
Te suicidaste... preferiste esa muerte,
y no la que tenías prevista,
debido a tu mal... incurable...
Aquí estoy hoy para decirte
lo que siento por ti...
Amor... siento amor...
tristeza por no tenerte a mi lado,
pero al mismo tiempo feliz, porque
dejaste de sufrir... aunque yo esté
sufriendo tu ausencia...
TELÓN DESCIENDE LENTAMENTE
Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 30/11/2012)