Te desvaneciste en la sonrisa robada de alguien más,
te escabulliste tras la hermosura de una imagen,
qué más da. Siempre dijiste que no eras mío,
que eres lobo incapaz de amar,
que así como vienen las musas a tu ventana,
así también se van.
Se apagará la luna, para hacer eco de mi tristeza,
correrá la lluvia, hasta alcanzar la tempestad,
cortaré mis venas, para ver si esto no es un sueño,
para entender, que no habrá un despertar.
Que no te extrañe si antes de mi partida,
aún busco tus huellas en mi almohada,
para sentir tus versos en mi alma,
para engañarme una vez más,
que duelen mis ausencias,
que reclamas mi presencia,
que no haces más que llorar.
En esta noche sombría,
tus letras las haré mías
y con esta despedida,
te daré el último adiós.
Esta musa, está muriendo
adiós, adiós, mi amor.
(Azul)