Me duele tu ausencia
inexistente.
Me duele tu silencio,
enciclopédico e inquietante a la vez.
Siendo el segundo que se cuela,
entre la ausencia de nosotros.
Me duele tu ausencia
inexistente.
Me duele tu silencio
persistente.
Me duele el vacío del cosmos,
y el juicio de lo cuántico.
Siendo en el universo, una estrella
que se niega a morir.
Me duele tu silencio
persistente.
Me duele tu regreso
anticipado.
Me duele mi impulso
que, sin preparación, fracasa.
Siendo aquel silencio kármico
que tanto me duele.
Me duele tu regreso
anticipado.