Miro tu carta repleta
con la huella de tus labios
y no puedo contenerme
que con mis labios la abro.
Sobre cada beso tuyo,
pego los míos... ¡te amo!
mi lengua aun percata
el sabor que tú has dejado.
Miro las fotografías
que con tus besos, has mandado
y yo las beso alma mía,
así me quedo un buen rato...
...miro de nuevo tus fotos
y esa sonrisa que aclamo,
aquella que yo plasmé
en tu libro dedicado,
aquellos años atrás
cuando tanto nos amamos.
Espero que esta tragedia
que ha surgido de improvisto,
sea el mejor remedio
que el Señor haya previsto,
para que todo ese amor
que dejamos olvidado,
resurja de sus cenizas
y que no se haya apagado.
Todavía quedan chispas.
Ya te lo dije una vez
y es suficiente amor mío
para volverlo a encender.
Sevilla 23 de Enero de 2016