En un galope largo, como las trenzas
que adornan
el rostro de la oscuridad…
Te fuiste una mañana
llevándote entre los rizos de tu orgullo:
Mis besos, mis caricias
y el sabor a vainilla de todos mis sueños,
Te llevaste atado a las crines del viento…
El baile por solea
de una madrugada casi eterna,
el grito desgarrado
de un cante por seguiriya
y la sangre derramada
de un corazón que llora por peteneras.