Santiago Miranda

Te miro y no te veo

 

Es tu vestido cielo y tus medias dolientes
Un rosa tras rosa, el fondo buscando la figura
O salida ya de la imagen más pura
Aprestando a salirse ya de mi margen
Y tu cauce negro quisiera, fuera mi tierra
Pisar una y otra vez, ahí habitarte, dormir
Y ser enterrado en tu suave aroma, por querer
Cumplir otra vez aquel extraño designio circular
Enterrarme vivo en el campo santo o infierno
De los que se han enamorado involuntariamente
Una y otra vez, padeciendo la gracia azarosa
Y es tu carne blanca: pura. Ahí bebo y muerdo
Invariablemente, conociendo el secreto
De hacer temblar a los hombres con un puñado
De sentadillas mortales y que importa
Que te mire y no te conozca y me clave impertinente
En tus ojos y adentre en aquella materia misteriosa
Un vacío veo dentro de ti y tú no estás
Ahí en el interior de tu propio ser/ eres y no
Eres lo que vas siendo, casi un fugaz influjo
Entro en tu mirada y ni hay nada excepto un miedo de estar
Solo adentro de ti, adentro de mí, adentro
De la nada el remezón del metro y esa
Persistente incitacion a ser uno con las vías
Bajo ahora la mirada y no te dejo te reconozcas ahora vacía