Encontré un cartelito.
Un letrero, o como se llame.
Atrevidas trepadoras
Intentaban adornarlo.
Caracolillos en forma de copa.
Colores tiernos y alegres.
Clemátides con sus cuatro pétalos.
Dama de noche bella y orgullosa.
Una dipladenia rosada jugaba a quien da más
Con una glicinia morada.
La granadilla gigante parecía burlarse de las demás
Sabiéndose la mas grande semejante a pasionaria.
Yo no sé que tenía de mágico el cartelito
De la maestra parvularia.
Quise apartar las flores, todas eran trepadoras.
Y se me impuso el jazmín cerrando mi paso lerdo
Con su aroma de sueños nuevos
Unido a la madreselva.
Una solandra amarilla abrió su cáliz de oro.
Y entre todas, picarona, la rosita trepadora.
Tantas hermosas florcillas, y todas con aroma.
¿Será que erré mi camino? me dije.
Pero no. Entre guirnaldas y colores,
Entre almitas inocentes,
Allí me arrodillé y alcé mis manos al cielo.
Gracias, Señor. Soy un niño. Párvulo en tu reino.
Con húmedos ojos alcé mi plegaria.
Es lo que necesito. Mi maestra parvularia.
(A RoseMarie, con cariño)