II
Yo sé, que la despedida, es igual en ambos casos,
tú emprenderás la huida hacia otros horizontes,
mientras yo; ahogado en el abismo de aquellos lugares,
moriré triste al terminar aquel ocaso.
Y un manto de cielo gris, ha de vestir tu mirada,
engarzando en tu vestido, aquellas negras lágrimas,
cual diamantes dormidos de luto en tus pestañas,
mientras que de pie los arboles, te despedirán mañana.
Las estrellas que en la noche te alumbraron,
han de lucir más oscuras, en el fondo de tu alma,
y en tu lejanía se escuchará el rumor de las aves,
esas que alguna vez cantaron en tu ventana,
pero será muy tarde esperarlas, no te llamaran mañana.
te has marchado en este nocturno amanecer,
te has llevado contigo el más hermoso sueño,
ya no he de abrir mis ojos, prefiero dormir en el olvido,
recordando tus besos yertos, sobre el vaso vacío
que yace lejano sobre la mesa, esperando
aquel cruel amor que aún no regresa.