Como un diamante fino
que se formó en lo profundo de la Tierra,
tu llegada, niño Jesús,
se preparó en las entrañas de antiguos pueblos
que hoy se matan y pelean sin tregua.
No entienden ni escuchan tus palabras,
no aprecian tu belleza
Del otro lado del mundo te visten de oro
y te encierran en sagrarios dorados.
Como a los diamantes,
te roban de las mano del pobre
que ilusionado te encuentra
Te compran y te venden
y te usan de adorno
Valioso para unos pocos,
igual que el diamante,
engordas las arcas del poderoso
Pocos abrazan tu lucha
Pocos beben tu cáliz
Pocos buscan tu reino de justicia...
Y tú, sigues encerrado en un sagrario
mientras los necios pintan
la Navidad de rojo
En mi Navidad
No hay luces ni pinos de colores
Mi Navidad es amar la vida
Compartir la mesa
luchar por la justicia
y esperar que un día
como un granito de arena
mis versos sin etnias ni credos
sirvan
para construir en el mundo
la Paz verdadera