MI NEGACIÓN
No quiero ir al altar
a la pila bautismal
ni a rezar de rodillas.
Prefiero subir desnudo a la montaña
sumergirme en una laguna virginal
o tenderme sobre las campiñas
para disculparme…
disculparme por las muchas
cosas imperfectas
que hasta hoy he hecho:
discriminé lo positivo
calculé cada centavo de la vida
amé las cucharas llenas
subestimé lo imperfecto.
Por esto y un poco más
me niego entrar al cuartel sacramental
porque en esos momentos sólo me faltó
calcular lo relativo
ajustar mi cronómetro
y mandar mi voluntad
¡nada más!
No quiero ir al altar
a la pila bautismal
ni a rezar de rodillas;
sólo quiero disculparme
porque no demostré grandeza
en aquellos débiles momentos,
fallándole únicamente a la naturaleza.