Te miro sin que te des cuenta
Y lo que veo me fascina.
Te mantienes siempre contenta,
Tu alegría nos ilumina.
Te recuerdo tan indefensa,
Tan tierna, tan sutil.
Llegaste como recompensa
Terminando el mes de abril.
Quién dijera que tan linda criatura
Sería mi maestra más tenaz.
El sufrimiento fue tu moldura
Pero no te arrebató lo vivaz.
Eres mi guerrera infatigable,
Mi corazón, así te mira.
Con todos eres amable,
Tu energía realmente admira.
Aún falta mucho por hacer,
Más siempre habrá esperanza.
Tú la trajiste al nacer
Al mostrarnos tu templanza.
Por eso quiero pedir
Que Dios a tí proteja
Y que puedas sonreír
Pues tu risa el sol refleja.
Mi más grande aspiración
Es encontrar las maneras,
De inundarte de ilusión
En tus quince primaveras.
Para tí, mi preciosa Emily.