Madrid, ¿qué sería yo sin tu Sierra
Coloreada de espumosa nieve,
Sin las faldas que coqueta remueve
En pasos de baile sobre la tierra?
Entre sus riscos mi niñez se aferra
Cortada al filo del recuerdo breve,
Como la mísera gota que bebe
El viejo cuerpo que la edad entierra.
Juntos vencimos la erosión del viento,
De la lluvia, la vida y la memoria,
Por la fugaz ventana del momento;
Y juntos vemos hoy nuestra victoria
Hecha jirones del roto lamento
Que suspira por repetir su historia