Con 14 años era una oruga encerrada en su cuarto:
los días le parecían grises y repetidos,
se comunicaba con aparatos digitales,
se alimentaba de comida en envases de plástico,
vivía enfadada consigo misma,
tropezaba una y otra vez por no dejarse ayudar,
hacia coros con canciones de un hijo de Barcenas.
Este mes cumplió los 17 y ya es una mariposa:
cuenta los minutos que le quedan
para estar con un chico que le robo el corazón,
habla con la mirada y se alimenta de besos con sabor a miel,
se moja por las causas perdidas
y es feliz siendo solidaria,
desde que lo viera actuar su hilo musical es Bruce Springsteen.