¿Qué celebramos?
Estamos preparando los festejos.
Las almas se renuevan
atrapan los luceros
visitan a la risa
condecoran la hora del comienzo.
Un año que se inicia sin portavoz de paz
ni heraldo del progreso.
Todo es confuso.
El mundo viaja solo sin chofer.
El tren que nos cautiva se viste de entrevero.
Engaños disimulos y caretas
se ponen los audaces usureros.
El capitán del barco
construye rascacielos imponentes
pregona su maldito abecedario
de guerras convenientes a su obra.
No son las alegrías un regalo
el hombre se repite en muchos lares.
Un niño muere solo desnutrido
desnudo y sin piedad de otros humanos.
¿Qué se celebra?
Que matan más mujeres cada día
que ignoran los derechos a la vida
que el pobre come estiércol
que el rico se divierte en sus salones
con sabor a champagne y a caviar blanco.
La injusticia va trepada en su caballo
recorriendo los pueblos impedidos
sin libros sin amor ni agua bendita.
El mal tiene corona de Rey Mago
se asienta en el umbral de los aciagos
y rompe los pedazos de esperanza
de aquellos que trabajan a destajo.
¡Cuánta tristeza inundando la calle del calvario!
Cuánto sabor a villano enriquecido
con el trabajo de los niños excluidos.
Sabor a hiel
a despojo
a odio desatado
a miel hervida en ritual cáustico.
No me convoquen.
Yo estoy cuidando mi sembrado.
No vengan con discursos y promesas.
El rico será rico aunque nos duela
y el pobre será siempre un oprimido.
No creo yo en la patria ni en el hombre.
Allí donde se cruza una moneda
se duermen los laureles de la honra.
El dogma la mentira el yo soy bueno
lo dejan para el tiempo de elecciones
y luego que ganaron
se ocupan de viajar con los dineros
del pobre que está muerto de cansancio
y no le alcanza el pan para su hambre.
¿Qué se celebra?
Es tiempo de avivar los pensamientos
de ver la cara sucia del falsario
de levantar barreras por derechos
que atestan los cajones del Legado.
Seamos solidarios con el otro
amemos a los niños enfangados
toquemos la cabeza con mil piojos
que esa mano amor los gratifica.
El hombre siempre ha sido un avariento
se han visto por milenios sus hazañas.
Los pueblos destruidos
los cuerpos inocentes esparcidos
sembrados en la tierra por el ego
por el tengo
por el vicio y las drogas que se esconden
en los despachos de los hombres
que juraron respetar y amar su patria.
El círculo de oro está girando
no hay forma de parar su gozo atesorado.
El imperial enajenado se redobla
con su locura agria
su omnipotente acento
su versión más cercana al inframundo.
¿Qué se celebra?
¿Qué hacemos para abrir una ventana
donde el amor
sea primero en este espacio?
Beatriz Ojeda
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