Infeliz tristeza...
te pegas como sanguijuela,
haciéndome que la existencia duela,
viviendo en burbuja de pereza.
Me robas las fuerzas del corazón
y torturas mi esperanza.
Y la energía no me alcanza,
la que necesita mi razón.
Infeliz tristeza...
que le robas el color a mis ojos,
que al mirar ya no miran la belleza,
sino solo pardos y grises abrojos.
Infeliz y desdichada tristeza...
que le debilitas el sonido a mi voz,
como si un potro me propinara una coz,
a la mitad de la cabeza.
Infeliz tristeza...
que me cierras el camino,
con lo peor de tu maleza,
con un carácter de indino.
Tu me llenas de tristeza,
más, no pelearé contigo,
aunque vengas con fiereza,
te trataré como amigo.
Hoy te escribo este poema
aunque se que no me escuchas,
y aunque mi fe ya te quema...
¡Ah, como luchas!
Autor:Bernardo Arzate Benítez