Cuando me eches de menos
toca con los dedos de tu corazón
la coraza humilde de tu alma.
A poco que revuelvas su mermelada divina
me encontrarás.
Cuando notes que no estoy,
es que el tornado de mi vida
esta descifrando tu nombre
sobre matemáticas de vidrio.
Esta midiendo la longitud de tu piel
y el alcance de los sueños de estos besos
que nacen sobre noches solitarias
y días que son respiros de tenerte en sueños.
Ya lo dice Barcarola:
“Si solamente me tocaras el corazón…”
Cuando me eches de menos
deja seguir los relámpagos de tus dedos
y tenme allí donde solo tú sabes.
Gime y pronuncia lo innombrable
de esas silabas olvidadas por la tenue
esperanza de verte en llamas incesantes
que son las ausencias de mi nombre.
Ya lo dice Agua Sexual:
“Rodando a goterones solos,
A gotas como dientes…”
Cuando me eches de menos
resta sobre la resta la suma de tenerte
y multiplica la cadena calcinada
que tiene sobre ti los licores
y los venenos, las garras y el sentir
de esta multiplicación que me ocupa.
Después…
divide y… derribarás todos mis muros.