Estoy tirado en el suelo, pensado el día en que volver a verte sonreír...
No quiero llorar, esta noche no quiero ser un cobarde,
Pero no tengo ni un nuevo cuento que contarte...
No tengo los versos de Neruda para que te diviertas bajo está luna muda...
Benedetti me ha abandonado y me pido una tregua ante la ansiedad de no verte sonreír de nuevo...
Cortázar me rechazo y me pisoteo con la Rayuela, clavándome cada palabra de francés en la espalda y mientras fumaba un cigarro...
Bukowski me invitó a fumar y que lo acompañe a tomar whisky, pero le niego la invitación y me siento en la Senda del perdedor...
García Márquez me invita a leerle un cuento maravilloso, ya que me vio con Cien años de Soledad y aunque no tengo ningún Amor en este tiempo de Cólera porqué mi triste vida es la de un Coronel que no tiene quien le escriba...
Sabina me invita a que cante con él en la reunión de lo nuevos poetas, pero me dieron las 10 y las 11, las 12 y la 1 y las 2 y las 3 y termine agobiado en la orilla de un mar...
Casualmente llego Cervantes y me dijo que necesitaba un nuevo loco, un nuevo Don Quijote de la Mancha para que encuentre a Dulcinea, y le rechazo, y le cuento que de verdad te extraño y se marcha llorando...
Borges llego al mar ahogado y me dijo:
¿Qué pasa Caballero?, ¿Porqué tan muerto?, y yo solo le contesto que en realidad no sé qué hacer para poder verte y dejar dé extrañarte...
Mistral llego con un vestido de luto y me dijo junto a Frida, vaya poeta, te estás muriendo en un rincón junto a un mar de certezas...
The Poe Of Kaia regresó de la muerte y me dice, pendejo ve a quemar gente, y yo le contesto que me estoy muriendo cada mañana sin poder verte de nuevo aquí bajo mi lecho.