La vida siempre nos lleva por caminos que a veces no quisieras recorrerlos, porque están llenos de dificultades y tristezas.
Son esos instantes en los que aprendes a valorar el significado de la vida y el amor de Dios.
Son esos caminos en los que valoras las verdaderas amistades.
Y también el silencio.
Ese instante donde siempre encontrarás la compañía de Dios.
Dale gracias a Dios porque ha caminado contigo los 365 días del año, eso incluye, inviernos, veranos, primaveras y otoños.
Sequías, abundancias y calamidades.
Risas, abrazos, llanto y felicidades.
Son todos esos momentos los que nos forman para llevarnos a reconocer la grandeza de Dios.
Cuando tú le crees a Dios, siempre existirá una luz en tu camino.
¡Sigue adelante, pronto llegarás a tu destino!
Iris Ivette Campos