¿Por qué será?—me pregunté a los diecisiete–
Que los hombres, —los buenos— son todos…
Como los teléfonos públicos, con membrete
O rotos, u ocupados, o comidos de los codos
En la aventura de la búsqueda, encontré…
Uno que parecía llenar el requisito formal
Luego de siete años, con alguien más se fue
Y el pretexto fue, que yo era poco carnal
Qué decir… que luego de llorar a mares
Me encuentro con alguien casi perfecto
Digo casi porque a pesar de mis pesares
La extranjía tuvo un desastroso efecto…
Hoy sé que los hombres —los buenos—
Son como los celulares de hoy en día…
Los que vienen gratis, son obscenos…
Y los más lindos, son de otra compañía…