querencia naif de la palabra renovada en furibunda reyerta vital
del inopinado despiste que siega toda actitud silente de nuestras manos ya opacas
de las almas incoloras por el hábito que no tienen donde esconderse de tu piratería
yerra la casualidad cuando acumula muertes adánicas
pituitaria sonrosada de la mariposa en los posos del café
lava que reconecta con pliegues nuestra extenuada corporalidad
se eleva la raíz en su énfasis de ceniza acaecida como silbante guadaña
sobresale un tercio celeste a la luz del carrusel sombrío
máquina binaria del tedio disecado en la memoria de un tic tac
fumas como un yegua galopada en crines