No dejes que el cariño que siento te ahogue,
pero no permitas que muera por descuido.
Enséñame a encontrar el equilibrio
de darte y recibirte, sin perderte.
No dejes de ser tú, pero se ambos; y
sabe sacrificar tu egoísmo por los dos.
Ayúdame a entenderte y a mostrarte
que te amo sin que mi amor sea para ti
tan agobiante que te anule.
Y escucha los latidos de mi pecho,
que tratan de acompasarse con los tuyos.
El día que escuches uno solo,
el camino no será tuyo, ni mío ...
será nuestro.