Los versos que no escribo,
ingrávida su enjundia,
deambulan sin destino,
gimiendo desventuras.
Los versos que no escribo
suplican un sentido,
y huérfanos de rumbo
entréganse a su fin.
Y algunos fueron gotas,
de gélida aguanieve;
a otros oí en el canto
de ánades cautivas,
y otros...yo lo juro,
que aún los siento aquí.