mariano7777

¡ADIOS AMIGO!

 Fue el coraje lo que más valió en épocas primeras de peleas bravas y de atropelladas con chuzas ligeras. Elegí para la guerra a un bagual bueno para la yerra y para la pelea metedor sin igual. Pero era de mala entraña desde chiquito ese potrillo alazán que por descariñado lo bautice Leviatán. Para mi esta agarrada a las otras no era igual porque era esta patriada por la bandera y por el General y San Martin era donde sea un amigo por quien pelear. Se dio que entre medio del duelo lo bolean al caballo y con el potro me voy rodadando suelo. Se me abalanzan golosos los lanceros y con las patas apresadas da un respingo el alazán y me cubre de las atropelladas. Se le hunden en el cuero las lanzas afiladas que empuñan los soldados y que de no serlo así me habrían entrado de frente y por los costados. Que alegrón y que tristeza me embargaron y ambos sentimientos vinieron de la mano. ¡Pensar que lo creí malo! Al mismo tiempo del animal supe la nobleza y también que se le iba el aliento y la vida por los agujeros que sangraban al viento. Con la cabeza apoyada en mi temblorosa mano fue cerrando los ojos que tenían el amor de un hermano y los míos estaban llorando y rogando el perdón a mi caballo muerto. Era de cabos blancos con un lucero en la frente mi amigo alazán ese potro valiente. Se murió apoyado en mi pecho habiendo entregado la vida en mi provecho esa tarde malparida. Y otra vez derramé lágrimas, tirado en el suelo cuando los ojos oscuros de José de San Martin miraron los míos renegridos. Por mulato y por americano es por tu libertad que peleo, dijo mi querido moreno. Solo el propio Rocinante con Don Quijote al frente demostró coraje tan grande y estuvo en epopeya tan valiente. ...........................................................