Sólo recuerdo esos besos
De esa apasionada entrega,
De esa tarde veraniega
Llena de dulces embelesos;
Los dos estábamos presos
De ardiente pasión tan ciega;
Que lo mismo pide y ruega,
Los senderos más aviesos;
Para nada importaba,
De la lluvia, su presencia,
Su resonancia le daba
Aún más fuerza a la insistencia;
La oscuridad redondeaba
Tal deseo y persistencia…